Raízes e transiciónes

Las esculturas de Siegfried Barth emanan de raíces, siendo la mayor parte de éstas, de olivo. Quién ha visto alguna vez una raíz de olivo, se queda fascinado con su estructura retorcida en mil abrazos, atravesada por tanta cantidad de ramas y pasajes, que refracta cualquier intervención extraña. Desprendida del suelo, transmite una vitalidad violenta que impone respeto.

Este tipo de raíz rebelde, no se ofrece a esculturas concebidas bajo un esbozo. El artista no puede aproximarse a ella si antes no la observa, la estudia o convive con ésta durante algún tiempo. No es de admirar por tanto, que el subconsciente se agite por esta materia insumisa, jamás muerta. De su observación nacen asociaciones, posibilidades de interpretación y hasta fantasmas. A medida que el artista va interviniendo para libertar, poco a poco, una visión, la raíz va sufriendo metamorfosis. De transición en transición, se van abriendo nuevas vías de interpretación. Pero muchas veces ocurre, que el artista acaba por retirarse y comenzar de nuevo.

Miguel Mosquito